Menos es más. El mundo de la moda quiere limpiar su reputación sumándose a un movimiento más ecológico y consciente; resulta absurdo para muchos, incluyéndome, que uno de los mercados más consumistas y con mayor impacto contaminante del planeta le apueste a una filosofía de consumo responsable, pero sí, hasta ellos quieren un cambio.

El consumismo ha sido uno de los temas de mayor debate en el mundo de la moda; este tipo de iniciativas conscientes como el Slow Fashion y el Sustainable Fashion se han visto rezagadas en un mercado gigante cuyo propósito es vender a cualquier costo bajo el lema Fast Fashion. Después de un trágico desastre consecuencia de los procesos productivos cuestionables de estas marcas, gran parte de la gente comenzó a cuestionarlas; forzandolas a modificar su estructura de producción y su ideología de consumo.

Estas dos grandes iniciativas tienen características que las diferencian entre sí. El Slow Fashion es una práctica que busca darle un uso extendido a una prenda, en una colección Slow la materia prima es de mejor calidad y por lo general son prendas hechas a mano, brindado mejores acabados y de larga durabilidad, aumentando considerablemente el precio de estas prendas. Sustainable Fashion o Moda Sostenible es más un movimiento que rechaza la utilización de materiales que no sean biodegradables y va en contra de los procesos industrializados, en una colección Sostenible se usan solo materiales orgánicos y que durante el proceso no se apliquen pesticidas, plaguicidas o insecticidas. La piel, algodón, cáñamo y seda orgánicos son los más utilizados; aquí interviene una gran ambivalencia en ambos términos y muchas interrogantes. ¿Sostenible es igual que ecológico? ¿Los procesos de recolección del algodón y la seda son realmente conscientes? ¿Cual es el ciclo de vida de los recursos orgánicos? ¿Es el Slow Fashion sólo para unos pocos con poder adquisitivo para comprarlo?…

Con un millón de interrogante es normal que cuestionemos qué tan real es esta nueva propuesta de consumo consciente que brindan las grandes marcas y cadenas de retail. A mi en lo particular me parece que muchos juegan con la psicología del consumidor demostrando una filosofía que no cumplen en su totalidad, el hecho de que la etiqueta diga “Conscious Exclusive” no necesariamente es una prenda que cumpla con los estándares de moda sostenible o consciente (los invito a leer las etiquetas o las reseñas de las prendas cuando estas prometen ser sostenibles), tampoco quiero menospreciar estas iniciativas del retail que le apuestan a un “cambio”, solo opino que deberían ser más transparentes.

Nosotros somos una figura muy importante en este tipo de iniciativas . La mejor forma de ser un consumidor responsable sin ser extremistas es promoviendo el consumo local, las tiendas de segunda mano, las ferias, los diseñadores y mercados locales pueden brindar una extensa variedad de productos de calidad para todos los gustos y precios.

Aquí les dejo como recomendación un documental, sobre el impacto del Fast Fashion en el mundo.
https://truecostmovie.com/

Qué propones tu, para ser más conscientes?

Fotografía por:
Igor Ovsyannykov